Oblicuas las víboras de mi estómago, burbujean perdidas, van hacia si reventando, son el látigo de los supuestos, yo no pienso son mis víboras, son el humo de mi carne, yo no pienso son mis víboras, son el humo de mis nervios, y estoy muerto sobre la torta de cumpleaños del muerto.
Sobre la mesada de tu mirada estoy muerto, y en el mantel de flores, las víboras me invierten, otra vez como ahora… frente al bollo rojo de tos ojos, que agujerean las víboras oblicuas de mis días, … y estoy muerto sobre la torta de cumpleaños del muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario